Érase una vez, hace muchos años, exactamente en febrero de 1995 pise por primera vez Olympia. Tenía una entrevista con el Sr. Megias, recuerdo que me impacto la entrada a una cafetería con vistas a una preciosa piscina, no me podía imaginar que cruzando esta cafetería se encontraba la recepción, donde en breve estaría trabajando y formando parte del equipo Olympia.
Recuerdo con mucho cariño mis primeras vivencias en Olympia, mi aprendizaje del trabajo en equipo, compañerismo, buen ambiente laboral con el resto de departamentos, todo era bueno, me encantaba trabajar en Olympia, era un trabajo muy activo y muy gratificante a nivel de clientes. Solo por poner algo negativo, podría decir que lo que menos nos gustaba era atender el servicio de booling del que disponía la instalación.
La recepción era el centro neurálgico de la instalación, allí se vendía y se sabía todo:
- Cuotas de gimnasio, artes marciales, cursillos de piscina, baño libre, pistas de squash, cursos de tenis, pistas de básquet y futbito, bádminton, zona de relax, solarium, boutique de ropa y artículos para el deporte…..
- La hosteleria era el otro fuerte de OLYMPIA no había día que no viniese gente a informarse de los salones para realizar celebraciones, ni fin de semana que no tuviésemos cientos de personas en bodas, bautizos, comuniones…….y que decir de los eventos de Noche Vieja donde vendíamos mas de 1000 entradas.
Quitar la bolera y poner en este espacio una piscina pequeña para natación infantil, fue el principio de una serie de cambios que se iban a producir muy rápidamente, creo recordar que por el año 1999, se empezó a construir un hotel de cuatro estrellas, un spa, se cambiaba la ubicación del deportivo, de la recepción, de los vestuarios de señoras, de la cafetería….
Fueron tantos cambios a la vez, que era difícil saber exactamente donde estaríamos ubicadas de un día para otro, ya que cabe destacar que todo el proceso de obras se realizo sin cerrar ni un solo día y sin dejar de dar servicio a los que ya entonces eran nuestros socios y clientes.
Fue un cambio grande el estar trabajando con un equipo no superior a 40 compañeros y de repente ser mas del triple, las cosas habían cambiado y requería que todos hiciésemos este esfuerzo de cambio para conseguir los resultados esperados.
Mi percepción a fecha de hoy es que sigo perteneciendo a un gran centro, del que me siento muy orgullosa, con unos jefes ejemplares en todo y unos compañeros cercanos, amigables y sobre todo muy profesionales, todo esto es lo que hace que OLYMPIA tenga ese encanto indefinible.
De ahí que mi futuro inmediato no lo concibo sin esta gran familia que es Olympia.
Adela González
Directora Olympia SPA