En un hotel siempre se busca la mayor comodidad de todos aquellos que nos visitan, como que esté céntrico, que incluya parking, que tenga spa, etc. Estos aspectos nos parecen muy importantes, pero, ¿qué ocurre cuando nos visita una persona de movilidad reducida?

Lo más importante para ellos es que puedan moverse con libertad por todos los rincones del hotel. Para ellos, no solo basta con disponer de pasillos anchos y ascensores.  Lo que realmente quieren ver para saber si un hotel les merece la pena es si el baño está adaptado a ellos.

Por eso, nos proponen una serie de pistas que nos ayudan a comprenderlo. Por ejemplo, los lavabos. Deben llegar hasta bajo de la pared, a la altura del lavabo, de forma que una persona que se mueve en silla de ruedas puede mirarse al espejo. De otra manera, es imposible peinarse o afeitarse.

Otro aspecto a tener en cuenta, las barandillas a los lados del W.C. Colocándolas a ambos lados del inodoro, conseguimos que una persona de movilidad reducida pueda sentarse con total seguridad.

Y respecto a la bañera, es importante que sea multifunción y que se coloque un asiento. Además es preferible que la ducha sea de teléfono para que esté al alcance de todo el mundo.

Hace un tiempo, nuestro amigo Miguel Nonay de la asociación Viajeros sin límites, nos hizo una visita al Olympia Hotel, Events & Spa y nos dejó este vídeo explicativo que muestra un ejemplo de baño accesible.